Durante milenios la humanidad ha permanecido en un sistema económico estacionario, en el que prácticamente no ha habído cambios económicos, ni tecnológicos. Este hecho cambia radicalmente a finales del siglo XVIII, con la aparición del sistema capitalista y de la Revolución Industrial. Esto es así hasta el punto de que en los últimos 200 años hemos crecido y avanzado más, que en los 20.000 precedentes.
Con
la
aparición
de
la
revolución
industrial
y
del
sistema
capitalista,
el
crecimiento,
que
hasta
entonces
había
sido
una
variable
económica
carente
de
importancia,
pasa
a
convertirse
en
una
cuestión
clave
en
el
debate
y
en
el
remedio
universal
para
solucionar
todos
los
problemas
económicos
.
En
ese
sentido
el
sistema
capitalista
ha
sido
el
sistema
económico
más
desarrollado,
eficiente
y
justo
que
ha
habido
jamás
y
el
que
ha
conseguido
sacar
más
gente
de
la
miseria.
Obviamente,
estamos
muy
lejos
de
solucionar
el
problema
de
la
pobreza
y
cuatro
quintas
partes
de
la
población
mundial
aun
conviven
con
ella.
Pero
con
todo,
esto
es
lo
mejor,
o
lo
menos
malo, que
hemos
tenido
nunca.
Tras
la
II
G.M.
El
capitalismo
vive
sus
30
años
gloriosos.
Durante
este
periodo
se
van
a
producir
una
serie
de
transformaciones,
que
van
a
modificar
profundamente
el
sistema
capitalista:
- La instauración de un estado del bienestar con progresividad fiscal, educación, sanidad y justicia cuasi gratuítas, unido a un largo periodo de crecimiento van a llevar a la aparición en los países occidentales,de una amplia clase media, donde cada generación vive mejor que la precedente y que dada su capacidad creciente de consumo, se va a convertir en uno de los pilares del sistema económico.
- En el campo de la propiedad, los grandes capitalistas individuales desaparecen y las corporaciones transnacionales, pasan a ser dirigidas por directivos y ejecutivos profesionales, que no son sus dueños, pero si que se comportan como tales, aunque sin asumir ninguna de las obligaciones de la propiedad. Son los working richs de los que hablan Piketty y Sanz y cuyos elevados ingresos no provienen de intereses o beneficios, sino de rentas salariales. En la actualidad más que de capitalistas que explotan a trabajadores, tendríamos que hablar de trabajadores que explotan a otros trabajadores.
- La aparición de los medios de comunicación de masas como la radio, el cine, la tele o internet ha llevado a una uniformización cultural sin precedentes: Marilyn, los Beatles, Disney son patrones culturales universales, independientemente de que uno viva en España o en Corea. Esta standarización de la demanda ha provocado una caída de los costes, ya que se produce en masa y para todo el mundo, en el lugar más barato.
Paradojicamente, aunque somos la sociedad más informada de la historia, seguimos siendo tan manipulables como cualquier sociedad prehistórica.
Los medios de comunicación de masas también han provocado la aparición en escena del ciudadano medio; un ciudadano acrítico y conformista, que no se cuestiona nada. Paradojicamente, aunque somos la sociedad más informada de la historia, seguimos siendo tan manipulables como cualquier sociedad prehistórica. La cantidad de información que recibimos es tal, que sencillamente resulta imposible de procesar.
Una
consecuencia
de
este
conformismo
es
que
el
consumidor
occidental
ha
dejado
de
ser
el
rey
soberano
y
se
ha
convertido
en
un
ser
maleable
y
manipulable,
que
obedece
a
estímulos
artificiales
y
busca
más
satisfacer,
deseos,
que
necesidades,
algo
que
por
definición
es
imposible y
que
además, supone
un
despilfarro
enorme
de
recursos..
En
la
actualidad
más
que
en
una
economía
capitalista
estamos
en
una
Economía
Global
de
Planificación
Divergente
con
Posiciones de
poder.
Sin
embargo
ese
desarrollo
acelerado que
hemos
vivido
en
los
ultimos
200
años,
no
ha
estado
exento
de
problemas y
especialmente
2
que
han
aparecido
en
los
últimos
30
años:
- El agotamiento de recursos naturales, muchos de ellos limitados e irremplazables.
- Problemas medio ambientales que afectan a todo el mundo: cambio climático, polución, deshielo, etc.
Estos
problemas
me
llevan
a
plantear
2
preguntas:
- ¿Puede un sistema económico basado en el consumo masivo y que explota al límite los recursos finitos del planeta, dar una solución estable y permanente a los problemas económicos y ecologicos actuales ? Sinceramente creo que la única respuesta posible es NO.
- ¿Puede un sistema económico basado en la interacción de decisiones individuales, que buscan maximizar su beneficio y considera como costes, sólo aquellos que afectan a su negocio y no los que repercuten en el conjunto de la sociedad, dar respuesta a problemas que afectan a todo el mundo. De nuevo creo que la respuesta vuelve a ser NO.
Pese a que en los últimos años se han tomado algunas medidas y se han firmado diversos acuerdos internacionales, hay científicos que aseguran que ya hemos pasado el punto de translimitación y que el planeta se verá afectado irremediablemente.
En un escenario asi, los valores típicos del capitalismo, como la productividad, la libre iniciativa y el crecimiento, no sólo no sirven para nada, sino que son perjuciales. De
lo
que
se
trata
es
de
producir
menos,
no
de
producir
más.
La
crisis
financiera
que
arrasó
el
mundo
desde
2008,
ha
coincidido
en
el
tiempo
con
esta
crisis
ecológica
y
como
todas
las
crisis,
también
está
también
nos
plantea
preguntas
y
elecciones.
Ante
nosotros se
abren
tres posibles
escenarios:
- Una sociedad más uniformizada, tipo 1984, bien bajo el control de un estado, o bien de una corporación(Gazpróm, Cocacola, Google), que limite el consumo por categoria social.
- Una sociedad más sostenible, articulada en torno a unidades más pequeñas y más pobre en terminos económicos, que consuma sólo aquello que necesite.
- Desaparecer como especie.
Si
optamos
por
una
sociedad
como
la
segunda,
que
es
la
única
que
podría
solucionar
el
problema,
por
lo
menos
hasta
que
seamos
capaces
de
viajar
a
otros
planetas,
tenemos
que
cambiar
nuestra
manera
de
pensar
y
olvidarnos
de
conceptos
como
crecimiento
contínuo,
moda,
o
productividad.
Debemos
ser
capaces
de
definir
un
nivel
de
vida
y
ajustar
la
producción
a
dicho
nivel.
Esto
supondrá
menos
trabajo
y
más
desempleo.
En
ese
sentido
abría
que
articular
medidas
de
reparto
de
trabajo,
trabajos
sociales,
estímulo
del
ocio,
etc.
Soy
consciente
del
coste
de
estas
medidas.
Pero
debemos
ser
realistas
y
asumir,
que
ahora
mismo
nos
encontramos
ante
una
barrera
tecnológica.
La
idea
de
continúar
creciendo,
tal
y
como
predican
nuestros
dirigentes,
es
sencillamente
ridícula.
Hemos
crecido
tanto,
que
el
planeta
se
nos
ha
quedado
pequeño,
pero
al
mismo
tiempo
aun
no
disponemos
de
la
tecnología
necesaria
para
viajar
al
espacio.
La
cuestíon
no
es
solo
una
cuestión
de
coste.
Se
trata
de
una
cuestión
de
supervivencia
y
esta,
sencillamente,
no
tiene
precio.