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Martes, 16 de Abril de 2024
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    Hemanando Galicia y Bretaña con un cocido y un crepe sin gluten

    Dicen que Bretaña es la ‘Galicia francesa’ por sus muchas similitudes geográficas y culturales. Estas coincidencias se encuentran también en su gastronomía, y no solo por la abundancia de pescados y mariscos, sino por uno de sus platos más populares: allí se conoce con el nombre de ‘Galette bretonne’ y aquí con el nombre de ‘Filloa’.

    Hoy vamos a hacer una receta que es un ‘hermanamiento’ entre estas dos regiones: haremos unas Galettes bretonnes rellenas de cocido. ¿Suena o no suena bien?

    Las Galettes son una variedad de crepe típica de la Bretaña; se diferencia por utilizar Trigo sarraceno o Trigo negro en su elaboración. Ya sabéis que todas las recetas que publicamos aquí son sin gluten, y en este caso, a pesar del nombre, no estamos hablando de nada que tenga que ver con el Trigo (cereal) al que estamos acostumbrados, sino que el trigo sarraceno es una herbácea que por su facilidad para extenderse en esta zona francesa, llegó a conocerse como “cereal de los pobres”, ya que formaba parte de la alimentación básica de la gente más humilde de este rincón francés.

    Aunque en España apenas se cultiva, sí que se ha incrementado su consumo en los últimos años, y no es difícil encontrarlo en algunos supermercados y tiendas de alimentación natural, aunque no vayáis con idea de comprar “cereal de los pobres” porque barato no es.

    Y estas galettes/crepes/filloas las rellenaremos de restos de uno de esos magníficos cocidos que hacemos en Galicia y que por su tamaño colosal siempre, siempre sobran.

    ¡Vamos allá!

    INGREDIENTES
    ¡Ojo! Si hay alguna persona celíaca, asegúrate de que todos los ingredientes son aptos.
    Para las filloas/galettes
    • 750 cl de agua
    • 1 huevo
    • 330 g aprox. de trigo sarraceno
    • Sal
    • Mantequilla o manteca de cerdo para untar la sartén

    Batimos todos los ingredientes y dejamos reposar en la nevera, tapado con film, durante al menos dos horas.

    Después, calentaremos una sarten untada con mantequilla o manteca de cerdo, e iremos vertiendo la cantidad suficiente de la mezcla como para cubrir el fondo, extendiendo bien para que queden finas.

    Una vez empiecen a desprenderse los bordes, damos la vuelta (con la mano ¡seamos valientes!).

    Para el relleno
    • Restos de cocido
    • Almidón de maíz (Maizena, por ejemplo)
    • Leche
    • Sal
    • Queso Tetilla o Arzúa-Ulloa para gratinar

    Hacemos una bechamel con una cucharada colmada de almidón de maíz que rehogamos un rato con una cucharada de mantequilla; le añadimos unos 30 cl de leche y dejamos que hierva y espese un poco (si es necesario añadimos más leche; debe quedar suelta, es una salsa); salamos poco porque el cocido ya tiene bastante sal.

    Picamos los restos de cocido, rehogamos en la sarten y añadimos la bechamel (no mucha, que no vamos a hacer unas croquetas). Mezclamos bien y dejamos cocer un par de minutos.

    Rellenamos cada filloa con la mezcla de cocido y bechamel. La Galette se dobla como un cuadrado, con los bordes hacia el centro, dejando que el relleno se vea; pero podemos enrollarlas, doblarlas en triángulo… total, van a estar igual de riquísimas.

    Para terminar, gratinamos con unos trocitos de queso de Arzúa-Ulloa, o con trocitos de tetilla, y ya el hermanamiento será total.

    Y si no tenemos restos de cocido,podemos rellenarlas con unas espinacas con bechamel, o con gambas y espárragos… con un relleno dulce… o con jamón cocido, huevo frito y queso emmental, como las verdaderas Galettes bretonnes.

    Bon appetit! Bo proveito!

    Receta adaptada de los blogs Cocina de Lechuza y Reccettes bretonnes.