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Venres, 26 de Abril de 2024
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    La piscina Rías do sur no es rentable

    La amarga y paradójica continuación al último post sobre la celebración del Campeonato de España de natación máster fue el cierre de la piscina en la que se disputó este evento.

    La primera vez que visité la piscina “Rías do sur” me vino a la cabeza la imagen de los futbolistas del Numancia (en segunda B), que se plantaron en los cuartos de final de la copa del Rey del 96, admirando el Camp Nou y haciéndose fotos antes de jugar contra aquel histórico Barça de Johan Cruyff.

    Y es que no es para menos: el complejo deportivo tiene una piscina olímpica (de 50×25 m), con un dique móvil que permite convertirla en dos piscinas de 25 metros, con un vaso de calentamiento extra, varios vestuarios, gradas fijas y móviles…En resumen, una instalación para la práctica de deportes acuáticos realmente impresionante, versátil, cómoda y moderna. No en vano ha sido testigo de relevantes pruebas, tanto autonómicas como de ámbito nacional.

    La piscina de Pontemuiños se inauguró en el año 2006 gracias a las aportaciones de socios, administraciones públicas y empresas privadas. Entre los discursos de las autoridades en su apertura, se destacaba que la instalación permitiría a todo el mundo “disfrutar y vivir el deporte”  y situaría aPontevedra como “principal referente de la natación en Galicia”.

    Desde aquel entonces varios clubes de otras tantas disciplinas acuáticas han ido emergiendo de sus aguas, y numerosas figuras de la natación han entrenado y competido en ella (sirvan como ejemplo Gómez Noya, Bea Gómez o María Vilas). Esto en lo que respecta a la actividad federada, que contaba con cientos de niños, niñas y adultos ( varias generaciones de deportistas destacados han crecido allí en estos años).

    Pero en Rías do Sur se ofrecían otras muchas actividades que congregaban cada día a multitud usuarios/as no federados que querían seguir una vida saludable incorporando el deporte en su día a día.

    Promover hábitos de vida saludable es algo que Pontevedra incorpora en su ADN desde hace tiempo, proponiendo la actividad frente al sedentarismo, apostando por la movilidad activa, la peatonalización de espacios públicos y la organización de eventos deportivos entre otras muchas propuestas.

    Por todo ello, aunque el cierre se deba a conflictos entre una empresa privada (concesionaria) que explotaba el complejo deportivo y la fundación Rías do Sur (la empresa alegaba que los costes energéticos hacían inviable seguir con la actividad) creo que debemos elevar el problema a la categoría de público y llamar a las puertas de alcaldía, diputación y xunta para buscar una solución.

    Si analizamos la viabilidad del Complejo deportivo teniendo en cuenta sólo las distantes y frías cifras económicas de coste-beneficio, es posible que la explotación de la piscina olímpica no sea rentable. Pero ese prisma aislado es insuficiente para hacer este análisis de forma correcta.

    En la viabilidad se deben incluir factores que, aunque no participan de forma directa en la ecuación coste-beneficio, sí lo hacen de manera indirecta ( y determinante) para la ciudad y su área de influencia.

    Rías do sur atrae a miles de deportistas cada año que participan en los eventos que en ella se organizan. Los usuarios y usuarias que practican deporte a diario en ella dejan de consumir millones en recursos sanitarios, porque sencillamente no los necesitan (en términos de consultas médicas , medicamentos, tratamientos y procedimientos…). Los cientos de niños y niñas de sus clubes crecen con valores como el esfuerzo, el sacrificio y la recompensa del trabajo a largo plazo,  algo que difícilmente aprenderán en la pantalla de una tablet, contribuyendo a formar una sociedad consciente de la importancia del trabajo, de la perseverancia y de la autoexigencia.

    Si colocamos todas estas variables en la ecuación, el resultado es el siguiente: lo que no es rentable es mantener este complejo deportivo cerrado, con el riesgo de deterioro por no usarse.

    Estamos ante uno de esos momentos históricos en los que las administraciones públicas deben actuar, usar sus recursos y velar por los intereses de los ciudadanos. Señores, señoras: resuelvan la ecuación y abran de nuevo Rías do Sur. Es rentable, es necesario.