Cuando estoy escribiendo este comentario lo estoy haciendo en el período de la ‘tarifa valle’, ya que nuestros queridos representantes han aprobado las tarifas eléctricas 2.0TD (en mi época de amante de los automóviles eso significaba que estamos ante un vehículo con motor turbo diésel de dos litros de cilindrada, pero cuando hablamos de tarifas eléctricas., vete a saber).
El caso es que la nomenclatura es igual que la factura: ininteligible; porque casi nadie sabe lo que significa. Lo que si hemos escuchado hasta la saciedad es que ahora va a existir una discriminación horaria porque, según nuestras maravillosas mentes pensantes, esto va a hacer que ahorremos en la factura de la luz. ¿Alguien se lo cree? Para empezar, la luz en España se ha encarecido hasta cifras que ya nadie se atreve a mencionar, no queremos centrales nucleares porque son peligrosas (si explota una en Francia, en los Pirineos hay una barrera que impide que pase la nube tóxica); hemos cerrado las centrales de carbón porque contaminan; no se pueden hacer más centrales hidroeléctricas porque dañan el paisaje; no podemos poner más eólicas porque estropean los montes y las fotovoltaicas, pues depende de que no esté el día nublado ¿y no queremos que suba la luz?
Pues con todo esto, a alguien se le ha ocurrido el motor turbo diésel, ¡ah! perdón, que lo diésel hay que eliminarlos del mercado… Quería decir el invento este de la tarifa por tramos horarios. No nos engañemos. No es para ahorrar, sino para fomentar menos consumo, porque eso es lo que están buscando para que, de esa forma, las empresas eléctricas, esas a dónde van a parar todos los ministros cuando finaliza su etapa en el Gobierno, no tengan que invertir en más infraestructuras y, de esa forma, fomentar que la gente consuma menos.
Si realmente se tratase de ahorrar en la factura, no pondrían la tarifa montaña, perdón, punta, en los momentos en los que más necesitas consumir en casa, porque a este paso va a salir más económico comprar el pollo asado en el super, que hacerlo en casa, y tomar la cervecita fria en el bar y todos aquellos que durante el confinamiento comenzaron a hacer pan en casa, pues ahora a devolver los aparatejos comprados a la empresa del Jeff Bezos, que ese seguro que no tiene problema con la tarifa eléctrica y a volver a comprar el pan a la panadería.
Nosotros, de momento, no hemos entrado en el 2.0TD a la hora de recomendar buena música, sino que esa ha sido nuestra intención y lo seguirá siendo, independientemente de si lleva turbo, está en hora punta, llega al llano o vamos por el valle, porque sea el momento que sea, la buena música nos va a acompañar y en esta ocasión lo vamos a hacer con, por un lado, Focal – Polarity, un recopilatorio que nos llega del fantástico sello de ambient contemporáneo Ultimae Records, y por otro lado, una curiosidad de Michael Cretu, el del proyecto Enigma, en una colaboración realizada con el cantante austríaco Peter Korunka, más conocido como Peter Cornelius, espero que os gusten.
Varios
Focal – Polarity
2017
Si hay un sello en Europa que lleva años moviéndose a la perfección por el ambient contemporáneo, ese es el sello francés Ultimae, una discográfica que desde su fundación se ha sabido mantener en lo último de la vanguardia musical.
Éste trabajo ya publicado en el año 2017, está mezclado por Focal, el nombre artístico del francés Arnaud Galoppe, lo ha dividido en dos partes, una más ambient y otra más techno, cada una de ellas, mezclada con esmero y con buen hacer para dar lugar un fantástico trabajo donde ha incluído temas de algunos de los habituales del sello como Aes Dana y que cuenta con la masterización por el mismo Aes Dana, o mejor dicho, Vincent Villuis.
Sin lugar a dudas, Ultimae es una referencia para todos los amantes del estilo y trabajos como éste no pueden faltar en nuestra maletas.
Cornelius + Cretu
Cornelius + Cretu
1992
Muchos de vosotros os suena Michael Cretu, principalmente, por su proyecto Enigma, pero su carrera viene de más atrás y con trabajos en solitario y con otros compositores y en el año 1992, dos años después de su debut con Enigma, colaboró con Peter Cornelius, aunque su verdadero nombre es Peter Korunka, un cantante y guitarrista austríaco que también llegó a colaborar en Enigma.
Éste trabajo, cuyo título es así, ‘Cornelius + Cretu’ es un proyecto donde ambos compositores se reunen a dúo, un disco cantando en alemán con temas en solitaro y temas compuestos por ambos, donde el sonido de Engima (no los cantos gregorianos) se deja notar, un disco que no destaca demasiado, pero que si es agradable de escuchar, sobre todo para los amantes de Cretu, una curiosidad en su carrera.